sábado, 15 de marzo de 2014

Retórica de la violencia

La guerra comienza en las palabras. "En el principio fue el Verbo...": en el principio fue el insulto, la burla, la humillación. La herida. A la hora de las respuestas parece que la única opción es la multiplicación, el "ojo por ojo". La escalada. 

La venganza no es una justificación. La reacción tampoco. Quien use la palabra contra otro deberá responder. Responder, respondĕreresponsabilidad: "Deuda, obligación de reparar y satisfacer", "Cargo u obligación moral","Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente" resuena el DRAE a lo lejos, como en medio de una pesadilla. "De un hecho realizado libremente." ¿Usar la libertad de esa manera?¿Argüir eso, libertad?¿Agredo por qué, porque puedo?

La violencia comienza en la mente. Violencia es diferenciar y separar. Los bandos: prestidigitación que mina las defensas del cuerpo que es un país para poder inocularle cualesquiera virus. El objetivo último de la violencia es debilitar, hacer bajar la cabeza, obtener rendición absoluta a través de la fuerza. La transmutación de seres vivos en marionetas.

La paradoja de la fuerza: ¿quién es el fuerte?¿Quien aplasta, patea, humilla, quien hace uso de ese poder?¿O es fuerte quien resiste, quien "pone la otra mejilla", quien no se deja invadir por el odio, quien sigue decidiendo por sí mismo, quien escoge? Porque se puede escoger, siempre. A veces eso se olvida. Como decía Viktor Frankl, psiquiatra vienés que sobrevivió a Auschwitz, la libertad última que no perdemos incluso cuando lo hemos perdido todo es la de escoger. "¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración." (Viktor Frankl, El hombre en búsqueda de sentido, Editorial Herder, 20º edición 1999, pág. 126)

La mentira es violencia. Y cuando impera el reino de la mentira ¿cómo actuar? Escribe Solzhenitsyn: "Cuando la violencia se introduce en la vida pacífica su rostro brilla con autoconfianza, como si llevase una bandera gritando: “Soy la violencia. Huye, déjame pasar. Te aplastaré”. Sin embargo la violencia envejece rápido, pierde la confianza en sí misma, y para mantener una cara respetable llama en su ayuda a la falsedad –cuando la violencia no puede posar su poderoso brazo ni todos los días ni sobre cada hombro, entonces sólo nos pide obedecer a la mentira y participar diariamente en la mentira– Toda la lealtad exigida descansa en esto.

Y la salida más simple y más accesible a la liberación de la mentira descansa precisamente en esto: ninguna colaboración personal con la mentira. Aunque la mentira lo oculte todo y todo lo abarque, no será con mi ayuda.

Esto abre una grieta en el círculo imaginario que nos envuelve debido a nuestra inacción. Es la cosa más fácil que podemos hacer, pero lo más devastador para la mentira. Porque cuando los hombres renuncian a mentir, la mentira sencillamente muere." 
(Tomado de http://prodavinci.com/2013/04/20/actualidad/vivir-sin-la-mentira-por-aleksandr-solzhenitsyn/ )

Y, parafraseando a Solzhenitsyn: ninguna colaboración con la violencia; aunque todo lo abarque, no será con mi ayuda. No señalar, no acusar, no generalizar: nadie tiene el monopolio de la ignorancia o la brutalidad. Nadie puede autoproclamarse el dueño del "lado correcto de la historia". Hay que dudar, repreguntarse, cuestionarse. ¿Cómo sabemos que somos quienes blandemos la bandera de la razón? A este respecto, esta reflexión me parece escalofriante:

"Hoy todos somos nazis. La idea nazi ha triunfado. Hoy todo el mundo tiene en su cabeza la idea de la tiranía. Hay algo de brutalidad en nuestros pensamientos. En alguno de mis poemas digo que los nazis vencieron. Es cierto que los derrotamos, pero la idea nazi del monolito, la idea totalitaria de que todos debemos ser como ellos, hoy la hallamos al lado de los liberales, de los comunistas, de las revoluciones. Encuentras este tipo de intolerancia, de supresión".
Leonard Cohen (entrevista de André de Bruyn, 1976. En Alberto Manzano "Conversaciones con un superviviente", p. 65).

No todas las bombas son lacrimógenas, no todas las balas tienen pólvora: las palabras asfixian y hieren también. "De la abundancia del corazón, habla la boca" (Mateo 12:34). No todos los bandos son homogéneos: tal bando es, por definición, una entelequia. Cuando una aberración tal se materializa en la realidad, es una fabricación. No aceptemos directrices separatistas de otros. Seamos lo suficientemente libres y lo suficientemente valientes para pertenecer solo al bando de la humanidad. 

¿Qué haremos?¿Qué futuro escogeremos?¿El de Orwell ("una bota aplastando un rostro humano incesantemente")  o el de Mandela ("la gente tiene que aprender a odiar, y si pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, pues el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario")?