El siguiente es un resumen del capítulo 16,17 del libro "James Joyce, l'Irlande, le Québec, les mots" del escritor y especialista joyceano quebequense Victor-Lévy Beaulieu.
Cuando el texto está entre comillas es una traducción mía palabra por palabra y cuando no, una paráfrasis o resumen.
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¿Qué cuenta el FW?
Como escribieron Campbell y Tindall,es una alegoría del nacimiento,apogeo,caída,muerte y resurrección de la humanidad,mezclada en la gran olla irlandesa de la fábula/cuento,concebida como una sinfonía polifónica en la que la noche y los sueños se desenrollan como únicos verdaderos personajes. Siendo el espacio-tiempo historia inconsciente,como la noche y los sueños,la misión joyceana es de hacer una descripción totalizante,a pesar de la influencia y la irracionalidad que alimentan los sueños en lo más profundo de la noche. En la oscuridad del sueño,la lógica no está forzosamente donde uno cree;las palabras no tienen necesariamente el mismo sentido que en el mundo diurno;los actos que fundan las civilizaciones y por las que estas se derrumban,quizás no tengan nada que ver con lo que uno puede leer en los libros de historia,lineares y cronológicos.En tanto que la realidad de las cosas no es sino"apareciente"¿a través de qué apariencias deviene pertenencia,después de cuántas vueltas sobre sí misma la rueda cósmica llega a producir sentido válido,tanto en lo inmensamente grande como en lo inmensamente pequeño,considerando al Universo como lo primero y la humanidad como lo segundo?Dicho de otra manera:¿cómo,sirviéndose de palabras,se pasa del mundo de Newton al de Einstein?FW es el establecimiento en literatura de la mecánica cuántica,ese mundo extraño en el cual una rueda puede ser cuadrada y rodar mejor. Los científicos que leyeron la novela de Joyce no se equivocaron, ya que aquel que le dio al quanto,esa partícula elemental cuyo comportamiento es tanto corpuscular como ondulatorio,el nombre de quark,una palabra creada por Joyce para representar algo indefinible que uno debe de todas maneras medir,¿de qué manera esa cosa por definición,no lo es,en todo caso al menos con las herramientas de las que se dispone? El desafío para los científicos como para Joyce es entonces el siguiente: ¿cómo pasar del lenguaje simple a un metalenguaje que permitirá aprehender el mundo en su superabundancia extrema, de manera tal que pueda emanar de su complejidad una ley general que, parecida al rigor de un teorema matemático,sea su explicación fundamental?
En el mundo de la mecánica cuántica, uno no está seguro de que el espacio tiempo sea una realidad cualquiera. En FW, Joyce la abolió: no hay pasado ni futuro, los héroes de la antigüedad y los héroes modernos existen simultáneamente y se comportan ya sea corpuscular u ondulatoriamente, si acaso no lo hacen de las dos maneras al mismo tiempo. De esta forma conviven el padre Adam y Humpty Dumpty, Tristán y el duque de Wellington, Finn McCool y el emperador Napoleón, la madre Eva y Gertrude Stein, Jonathan Swift y Ezra Pound, Aristóteles y Bruno de Nolan, Esopo y Lewis Carroll. Todos esos personajes son partículas elementales,de las cuales Finn, alias Porter alias Humphrey Chimpden Earwicker, el personaje pivote de Finnegans Wake, es la totalidad. Finn McCool es el dios guerrero de Irlanda en su época de los gigantes y es su primer símbolo. Gracias a la balada de Finnegan sabemos que Tim Finnegan no es un héroe, sino un individuo casi anónimo y alcohólico. Él es el símbolo último del mundo moderno,fundado en el individualismo ordinario. Con respecto a Finn McCool es lo que la antimateria a la materia,algo aleatorio, un semblante de apariencia rodeado de luz negra. HCE es Here Comes Everybody, es decir, todos están aquí todo el tiempo. (C16,17 págs 881-885)
"Una vez dormidos¿estamos aún vivos o no somos más que el devenir de un cadáver?En ese mundo intermedio¿qué rol juega la memoria y cómo se expresa, por medio de qué permutación de palabras sílabas y letras? Ese rearreglo del lenguaje¿aún porta algún sentido o sólo rinde cuentas de la desolación última del hombre sujeto a la Ley General de la naturaleza? Es ciertamente el sueño quien permite pasar de un estado al otro,de estar aún vivo aunque no se lo esté más,como en el teorema del gato de Schrodinger." (C16,17 pág 859)
Al escribir el capítulo 8 del Finnegans Wake , dedicado a Anna Livia Plurabelle, Joyce pensaba haber escrito las más bellas páginas de su vida de escritor, tanto que lo publicó de primero como un libro aparte.
Anna es el sufijo plural de la declinación en irlandés. Shem es el espacio,Shaun el tiempo(...)El espacio y el tiempo están disociados. El padre es la consonante,la madre la vocal. Earwicker es el cero 0 y Anna Livia corresponde al número 1. El nombre de Shem es evocado en el neologismo "asamed", que viene del inglés "ashamed", avergonzado.
En el Finnegans Wake hay 10 palabras-trueno:9 de ellas tienen 100 letras,la última tiene 101. "Es el símbolo de la cifra total,del comienzo y del fin;es también un pequeño guiño a Las Mil y una noches,el libro fundador de todos los cuentos de la humanidad." (C16,17 pág 932).
Einstein,Picasso y Joyce "atraviesan el espejo que lleva de la relatividad general a la mecánica cuántica,pero la necesidad de Dios les hace tropezar en el umbral. La mecánica cuántica no necesita a Dios para medir lo que no tiene medida. Los avances de la ciencia cuántica nos permiten entrever que nuestra concepción del espacio-tiempo quizás no tiene ninguna significación(...)
Matriz, información, alucinación y artefacto: cuatro palabras que me parece son los bloques fundamentales de esa Torre de Babel que Joyce quería reconstruir al escribir Finnegans Wake." (C16,17, pág 940)
"Así me planteo yo como lector este desafío:escuchar los colores del arcoiris más que verlos. Ese fue el consejo que Joyce le daba a sus traductores:presten más atención al ritmo de la frase,a la música que hay en las palabras,que a su sentido." (C16,17 pág 944)
Comparto apasionadamente la posición de Beaulieu con respecto al Wake. No quiero analizarlo, descifrarlo o entenderlo, sino seguir navegando en su bruma. Quiero permanecer en la sombra y releerlo cada vez como si fuera la primera vez, con la misma emoción, como bien escribió Beaulieu, "como si la ballena blanca de Herman Melville me hubiera tragado en medio de un océano desmontado, y todo lo que sé de ella y de mí mismo es que ya no lucho en su contra, que más bien me regocijo en lo hondo de su formidable masa. No necesito saberlo todo del Wake, no necesito decorticarlo todo como lo haría un maestro relojero con un mecanismo supremament. complejo(...)porque,antes que todo, amo el lenguaje por lo que es(...)Maestro del lenguaje,(Anthony)Burgess me ha hecho comprender que la belleza desnuda no tiene siempre la necesidad de ser absolutamente sensata." (C16,17, págs 940,941)