sábado, 7 de enero de 2023

Ciclos viconianos en el Finnegans Wake, según Eric Rosenbloom

Lo que más me atrae del Finnegans Wake es que no existe una única clave de lectura. Es el cuento del elefante: uno tiene la cola en la mano, el otro la trompa, el otro una de las patas. Cada uno ve lo que los lentes de sus referencias culturales le permiten vislumbrar, y no hay interpretación mala o inadecuada: eso es lo divertido.
 

Para demostrarlo, les hice una traducción libre de un capítulo de A Word in your ear, de Eric Rosenbloom, en el que contradice a otros exégetas del Wake diciendo que Joyce no sigue los ciclos viconianos con exactitud.

 

El Wake nos mantiene alertas y es un ejercicio de no creerle 100% a nadie, nos empuja a dudar y al mismo tiempo, a creer en la parcela de “realidad” que nos tocó percibir. Es nuestra limitación, y al mismo tiempo el mundo de las ideas de cada uno, nuestra caverna de sombras platónicas personal.

 

Pruébense todos los lentes y vean el mundo de Joyce en colores variados, no se casen con ninguna visión y, si acaso, con la propia, hecha de retazos de las visiones de los otros y de nuestras lecturas y experiencias personales. Eso, creo yo, es ser un lector.

 

“Ciclos viconianos

 

Siempre se dice que las cuatro partes del Finnegans Wake siguen un ciclo viconiano y efectivamente, un “vicus of recirculation” es mencionado en la primera frase, seguida por el ruido del trueno. Dicho trueno son los balbuceos de un durmiente tratando de despertarse. El libro pareciera haberse detenido en el estado prehumano de los gigantes.

 

Las cuatro partes del Finnegans Wake no siguen las edades egipcio- viconianas. Si acaso va al revés, desde la expansión del primer libro (de los humanos), a través de los fragmentos del segundo( la familia heroica), hacia la auto adoración de Shaun en el tercero ( el hijo a imagen de Dios).

 

Pero lo más problemático de la identificación de las partes del libro de Joyce con las edades de Vico es que el ricorso (retorno) no es una cuarta edad, sino el retorno de la primera. En lugar de seguir el ciclo de Vico, las cuatro partes del Finnegans Wake bien podrían, como lo dijo Samuel Beckett, representar las tres instituciones (religión, matrimonio, entierro) que mueven a la humanidad hacia la luz de la civilización y finalmente la hacen entrar en la historia. Cabalísticamente podrían representar los mundos arquetipal, creativo, formativo y material en el proceso de ir de la idea a la manifestación del inicio de la creación. También podrían ser cuatro sueños diferentes en la noche profunda. También podrían originarse en las cuatro partes de la historia de Tristán e Isolda.

 

Joyce, como siempre lo hace con todas sus fuentes, reinterpreta a Vico para ajustarlo a su propio esquema. Ciertamente que lo utiliza, pero la edad heroica está siempre en el presente, la edad divina siempre en el pasado, y la edad del pueblo en el futuro, y todas ellas están presentes simultáneamente. Avatares de los personajes principales (HCE, ALP, Shaun, Shem, Issy, Finn McCool) aparecen en cada edad. Los ciclos despegan a partir de multitud de eventos y en una miríada del vidas, superponiéndose, interrelacionándose y confundiéndose uno con el otro.

 

La inundación representa el final cataclísmico, así como también la pausa antes de volver a dar la vuelta. Sin embargo, el Finnegans Wake está lleno de secuencias de tres y cuatro. Estas, por lo general, representan la religión, el matrimonio y el entierro al comienzo de la historia. Su regularidad enfatiza la universalidad y circularidad del tiempo humano que defiende Vico en su libro.

 

A pesar de que Joyce solía referir a la gente a Vico, también afirmó que no creía en su ciencia: “ mi imaginación crece cuando leo a Vico como no lo hace cuando leo a Freud o Jung”. Quizás estaba usando a Vico para pensar en la mente subconsciente en la historia más que en la historia en sí misma. Vico le proveía con la idea de que la mente y la historia son idénticas y de que el lenguaje traiciona sus secretos. Así, toda la historia podría ser revelada en el libro de un alma durmiente, sus proyecciones crudas redimidas en la mente inconsciente que las creó. Como dijo Stephen Dedalus: “ la historia es una pesadilla de la cual quiero despertar.”

 

 Hugh Kenner sugirió que el durmiente no se quiere despertar, que ALP es una viuda que se resiste a la idea de que su esposo ha sido ejecutado después de la rebelión de la Pascua de 1916 y no está más a su lado. El patíbulo es suprimido, convirtiéndose en el andamio del edificio de Tim Finnegan. Sus lágrimas se convierten en el río en el cual los sueños de ella fluyen. El libro de la historia nos asegura que la vida siempre surgirá de las cenizas, pero también sabemos que la pérdida individual es irrecuperable. La oración incompleta al final del Finnegans Wake le da al lector dos opciones: deja el libro y vuelve a la vida o regresa a las primeras palabras del mismo.

 

 Joyce comparó el fin de Finnegans Wake a la Noche oscura del alma de San Juan de la Cruz. Esa obra es la cuarta parte de su ascensión al monte Carmelo, y, de la misma forma, el Finnegans Wake es una elaboración separada de los ciclos de Vico a través de la inquieta noche del sueño. Así como la historia atraviesa la elevación, gloria y descenso del Sol cada día, un retorno individual ocurre en la noche. El lenguaje del libro refleja este periodo de transición o el flujo entre la decadencia y un nuevo comienzo. Hay un camino llamado Vico en Dalkey, un suburbio de la costa sureña de Dublín.”